No sé si estoy siendo sádico por alimentarle esperanzas a otros para luego verlos sufrir, o de repente masoquista por entrar en la negación de una eliminación…….. La verdad, la fe es lo último que se pierde, y me parece que aún habiendo sucumbido en el juego de ida de la semifinal, estamos bien vivos todavía! Lo peor que podemos hacer ahorita es bajar los brazos y dar por sentado que el vecino pasara con solo presentarse al Olímpico en estos segundos noventa minutos. Sí, porque eso es....apenas terminó el “primer tiempo” de la semifinal.
Me agradó la actitud y disposición del equipo. Empezamos arrolladores, seguros, decididos, pero ese primer gol de Marathon nos dejó sacudidos, y ellos ahí crecieron moralmente. No quiero caer en el error de nublar mi percepción por el obvio sesgo que pudiera existir en este comentario, pero sinceramente creo que no nos avasallaron ni nos bailaron, más bien creo que hasta nos respetaron; merecimos el empate. Sin embargo volvimos a fallar con infantilidades defensivas, y creo que esa es la gran duda y escepticismo que existe en nuestros parciales.
En las semifinales cualquier cosa puede suceder, y más aún cuando son clásicos. Tenemos sangre en el ojo, y debemos salir sin amarres, sin reservas, a buscar anotar nosotros el primer gol del juego, para agarrar el sartén por el mango, y entonces sí, buscar pacientemente el segundo gol; el de la final. Debemos ser inteligentes en plantear este juego, y no dejar que sean ellos quienes jueguen con nuestra necesidad. Me parece que con esa fragilidad defensiva, debemos buscar reforzar con un volante “cabeza de área” más pegado, casi como un tercer central. Será importante tener la pelota, y explotar los carriles, para habilitar a los hombres en punta. Tengo confianza en que Primi ha leído bien este primer pulso, y hará las correcciones.
Como nosotros no somos Españas de circunstancia, sino que de convicción y corazón, ahí estaremos, esperando que nuestro Real escriba una nueva página en su rica historia, llena de estas gestas. No me sorprendería que hiciéramos la hombrada, pero los partidos hay que jugarlos y ganarlos.
Me agradó la actitud y disposición del equipo. Empezamos arrolladores, seguros, decididos, pero ese primer gol de Marathon nos dejó sacudidos, y ellos ahí crecieron moralmente. No quiero caer en el error de nublar mi percepción por el obvio sesgo que pudiera existir en este comentario, pero sinceramente creo que no nos avasallaron ni nos bailaron, más bien creo que hasta nos respetaron; merecimos el empate. Sin embargo volvimos a fallar con infantilidades defensivas, y creo que esa es la gran duda y escepticismo que existe en nuestros parciales.
En las semifinales cualquier cosa puede suceder, y más aún cuando son clásicos. Tenemos sangre en el ojo, y debemos salir sin amarres, sin reservas, a buscar anotar nosotros el primer gol del juego, para agarrar el sartén por el mango, y entonces sí, buscar pacientemente el segundo gol; el de la final. Debemos ser inteligentes en plantear este juego, y no dejar que sean ellos quienes jueguen con nuestra necesidad. Me parece que con esa fragilidad defensiva, debemos buscar reforzar con un volante “cabeza de área” más pegado, casi como un tercer central. Será importante tener la pelota, y explotar los carriles, para habilitar a los hombres en punta. Tengo confianza en que Primi ha leído bien este primer pulso, y hará las correcciones.
Como nosotros no somos Españas de circunstancia, sino que de convicción y corazón, ahí estaremos, esperando que nuestro Real escriba una nueva página en su rica historia, llena de estas gestas. No me sorprendería que hiciéramos la hombrada, pero los partidos hay que jugarlos y ganarlos.
Cuando se juega como hombres; cuando se cae como guerreros; cuando se suda la aurinegra; ahí no caben los reproches.
¡Vamos España! No desmayemos; estamos más vivos que nunca. Vamos por la Diez! Dependemos de todos los buenos Españas en el estadio, para que nos hagamos sentir y que saquemos la casta real.
Carlos E. Cáceres