lunes, 27 de abril de 2009

“SER Y PARECER”


Para los que nos leen y nos conocen, saben que no solamente aparecemos escribiendo en el momento de los triunfos o solamente en los malos momentos, sino que estamos incondicionalmente comprometidos con el equipo en las buenas y en las malas.

Nuestra militancia no es de ahorita, sino que data desde hace más de 35 años, y es un “amor” para siempre. Por eso mismo es que nos sentimos obligados a escribir lo que pensamos, y lo hacemos, digamos que en privado, en este blog solo para aurinegros. Hablar con la verdad es importante para la institución.

Se venía de romper la racha de no ganar en Tegus, y lo más heroico es que fue en forma contundente ante Olimpia. Consecuentemente se pasó una semana de orgullo y esperanza, ansiando que llegara el día domingo para ratificar esa recuperación en el momento más importante del torneo; en el cierre. Lógicamente que
las expectativas de la afición eran sumamente altas, pero estas no fueron retribuidas justamente con lo que mostró el equipo en la cancha, en el juego de ayer frente al Vida.

Entre otras cosas, nos jugábamos logros importantes:

1- Mantener (y casi amarrar) el liderato general de los dos torneos, lo cual sirve como instancia clasificatoria a la Concachampions, pero que más importante aún, le devuelve orgullo a la necesitada afición del equipo.

2- Ganar en confianza y agarrar momentum justo en la recta final del torneo. Necesitamos llegar a las semifinales con una actitud ganadora, pues clasificando de terceros nos obliga a ganar al menos uno de los dos juegos de la serie.

3- Ratificarle a nuestros rivales, que estamos para campeones, y elevar el auto-estima de nuestros jugadores y aficionados.

El Domingo llegó, y el juego con el Vida inició con un España buscando hilar jugadas y ganar el encuentro. Sin embargo, gota a gota, esta actitud y entrega se fue diluyendo mediocremente, primeramente fallando unos dos o tres goles hechos, y finalmente jugando con poca sangre.

En las líneas que siguen, vamos a describir lo que se vivió en las graderías, y que en muchos casos no es opinión personal nuestra, pero que si es percepción de la gente. Sin embargo, como dicen por ahí,
“la percepción es la que cuenta”.

Con tremendo malestar e indignación salieron los aficionados del Real España de las graderías del Morazán. Estuvimos presentes en el corazón de sol este del estadio, y fuimos testigos presenciales de toda una mezcolanza de sentimientos que salieron de lo más profundo del alma de los aficionados “de cora” del equipo.

Inició con manifestaciones de esperanza, pero poco a poco, minuto a minuto, se fueron entremezclando con decepción, impotencia, desencanto, incredulidad, hasta desencadenar en repudio hacia lo que sus ojos habían visto suceder en el campo.

“Vamos al punto” como dice Jorge Ramos de Univisión. No podemos esconder que los aficionados salieron sumamente molestos y que ellos creen que hubo arreglo en el juego frente al Vida. Esto lo manifestaron en las gradas, en las calles a la salida del estadio, en la radio, en los diarios (ver comentarios de aficionados en
www.diez.hn), en el barrio, etc. Esta vez ni siquiera han sido los periodistas mal intencionados quienes lo han insinuado como en otras ocasiones, sino que ha salido de las entrañas de sus mismos aficionados. ¡Ojo con esto!

Digo “¡Ojo!” porque este tipo de comentarios y sentimientos afectan a la institución seria que es el Real España. Cierto o no lo sucedido en el Morazán, para la afición si hubo “mano peluda”, y así quedará esta nebulosa en la historia. ¡Que lástima! Hoy muchos niños y jóvenes han sufrido un golpe al corazón y les han sembrado la duda. ¡Que lástima! A este infortunio hay que sumarle que hoy el vecino ha ganado de visita al otro implicado en el descenso, y los mismos españolistas le han reconocido su dignidad y “cero” concesiones con nadie. ¡Nos duele, y que lástima! Hoy hemos vuelto a caer en un “bache” emocional, que en nada nos ayudará para la semifinal. ¡Qué lástima!

Personalmente creo que nadie se prestó a nada frente al Vida. Es más, pienso que lo que sucedió es que simplemente volvimos a como habíamos jugado frente al Savio, y que la "noche de Cenicienta” que tuvimos frente al Olimpia, llegó a las “doce de la medianoche”, y que retomamos el discreto nivel y falta de confianza que veníamos acarreando ya días. Sin embargo, el vox populi no coincide con mi pensamiento; de ese sentir generalizado doy fe porque estuve en Sol Este en el Morazán, y no me lo contaron, lo viví.

Bien decía mi exjefe en Tabacalera Hondureña, y también seguidor aurinegro, Don Roberto Danilov:
“no solo hay que serlo, sino que también parecerlo”.

No tiene nada de nuevo jugar mal; no tiene nada de extraño perder; lo que la afición recrimina y lo que hace que vean todo esto con otros ojos, es la falta de coraje…de lucha…de enjundia…de sangre…de virilidad, que mostró el España de ayer Domingo. No fuimos ni parecimos el equipo de 8 días atrás. Eso es lo que percibimos, y ser y parecer es para estos efectos, exactamente lo mismo.

Ahora el España entra al “ojo del huracán”, y eso nos va a desgastar de cara a las semifinales. La siguiente jornada es la de “si enchutamos perdemos, y sino también perdemos”. ¿Porque digo esto? Pues, porque si el equipo tiene una mejor tarde frente al Real Juventud, y ganamos con contundencia, el publico va a comparar ese juego con el que se perdió frente a Vida.
Ese fantasma nos va a perseguir, y debemos disuadir las críticas que se vienen. No vale la pena desconcentrarnos en "dimes y diretes", ya que solamente beneficiará a nuestros rivales en semis.

Lamentamos pues, que por falta de más “chispa” y actitud ganadora, hayamos caído en “parecer sin serlo”. No es justo para la institución. Debemos analizar lo sucedido, exigir más entrega a los jugadores, y darle la vuelta a esta página.
Debemos retomar la concentración y pensar cómo vamos a encarar la semifinal. Para ser campeones, necesitamos un “levantón emocional”, ahora más que nunca.

No es nuestra intención herir la susceptibilidad de dirigentes, técnicos, o jugadores, sino que lo que nos mueve es transmitir el sentir de los aficionados, y por ellos, solamente por ellos, es que decidimos escribir estas líneas.